jueves, 29 de marzo de 2012

Las preguntas tradicionales y las respuestas inesperadas


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Carlos López Dzur
TEXTOS SUELTOS / LIBROS DIVERSOS

Las preguntas tradicionales y las respuestas inesperadas


Por José Luis Chavarri

De Sandro Cohen leí su irónico Guión de Entrevista a Escritores. Se me ocurrió sorprender, con algunos de los puntos de su cuestionario de 24 temas, a un filósofo. Este decía en sus clases y en conversaciones privadas: «No hay preguntas tontas; lo que hay son respuestas desanimantes». Como preguntar no es un crimen y fui el más terco y presionante de sus alumnos, preguntas que huelen a obviedad o ingenuidad de parte de quien las hace, como son '¿por qué escribes y para quién?; 'Para ti, ¿escribir es una profesión, un oficio o una afición?', '¿Tienes algún método para escribir?', 'Para escribir, ¿tienes algún horario o rutina?','¿Haces manuscritos o trabajas en computadora?, etc, las incluí en este ejercicio que juntos ensayamos.

«Después de todo, la filosofía, como mayéutica y dyada, se basa en preguntar y responder», me decía.

Para que Carlos López Dzur, mi entrevistado, no creyera que fue una pérdida de tiempo o chanza distractora, ofrecí que transcribiría sus respuestas grabadas, daría evidencia material del proyecto y además transformaría en un vídeo lo comenzado. No obstante, necesité mayores elementos, su tiempo y libros leídos de su obra, lo que no había hecho y López sabía. Con una sonrisilla maliciosa, desautorizaba que no había leído nada suyo y que, por tanto, sin ese interés todo es promesa y palabrería que se lleva el viento.

—¿Qué libros suyos me recomendaría y que están disponibles?

—De una u otra forma, todos mis libros están disponibles. Los doy gratis. Los subo al internet desde hace casi 20 años. Animo a la gente a leer, a enlazar, a comentar... y yo creo que sólo académicamente hay lecturas obligadas y un orden para cumplirlas al servirnos de los grandes literatos, filósofos, historiadores y científicos. Leer a conciencia y con el emplazamiento del currículo.

De mí se puede leer lo que se quiera, a gusto y capricho, cuando se pueda, o esté disponible. Nadie obliga que se me lea. Cuando se haga será por el placer, deseo voluntario, como debe ser para quienes no somos autoritarios ni porque se nos pague un libro.

—Eres una persona que ha sido entrenada en la lectura y discusión de filósofos del pasado y de los contemporáneos, das tu propia exégesis sobre ellos. ¿Escribir es una forma de conocimiento?

—Escribir, leer, vivir, viajar, sufrir... todo ayuda a conocer dos cosas que son la naturaleza humana: vocación sosegada por lo individual de sí mismo y, dos, conciencia creciente del entorno que nos enfrentará al ambiente, a lo social, amarga o creativamente.

—¿Por qué tiene que ser amargo el encuentro del entorno?

—No tiene que serlo. El hombre trabajador y pobre lo experimenta así; la clase media, a modo de manada, celosa de su confort, se ajusta a lo que sea. El creador entiende que debe darse una exploración o enfrentamiento creativo, empático y solidario, aún cuando salten a la vista los visos amargantes ante lo percibido o sentido. Caemos en cuenta que el mundo está muy jodido.

¿Y qué origina tal amargura? ¿Por qué la internalizamos? Está ahí, pero no es dada metafísicamente. La hicimos, la permitimos y se manifiesta como la ausencia de solidaridad, la violencia, el deterioro del entorno y de las relaciones humanas... ¡Yo, como escritor, no brinco de gusto al ver ésto, aunque yo en soledad ni pueda resolverlo, sin la ayuda de otros, ni negarlo!

—¿Hay algún episodio o persona de la vida real que te haya impulsado a escribir?

—Episodios que hayan acelerado mi inclinación a escribir, a explicar el mundo política y éticamente en lo posible, mencionaría el Caso del Cerro Maravilla, cuando la policía colonial de Puerto Rico, bajo el Gobernador Romero Barceló, entrampara y asesinara a dos jóvenes universitarios de mi generación. Eso es un factor. Mi admiración por personas que han estado cerca de mí, actitudes de mis padres y educadores, desde mi adolescencia al presente, influyen positivamente.

—¿Cuándo descubriste que eras escritor? ¿Cómo escribiste tus primeros textos?

—Cuando me hallé en medio del proceso de Huelga Universitaria en la Universidad de Puerto Rico en los '70 y absorbí los asesinatos de Antonia Martínez Lagares, adicionaré los asesinatos de dos jóvenes en el Cerro Maravilla. Vinculo estos hechos a mi primer proyecto de novela. Sentí intensamente. Dije: ya debo madurar como universitario. Los episodios tan diversos como fueron el enriquecimiento de las compañías extranjeras en Puerto Rico (mediante el Código Tributario 936, que las excluyó de pagar impuestos), bancos en crecimiento y lucro desmesurado y a tenor con ese tipo de economía voraz y extranjerizante en los '70, me dieron alas como narrador incipiente.

Tuve que recoger esos hechos, crear símbolos y crónicas con ellos, documentar y pintar la sicología y la tragedia de mi época al despertar ciudadano... Entonces, me entretuvo una novela, mi género favorito entonces, hoy e el cuento. Escribí mi primera versión de Las hienas o ensayos novelados y previos, donde a las figuras trágicas y antíheroicas (Richard Nixon, Romero Barceló, Rafael Hernández Colón, el rector de la yupi Jaime Benítez, el Cardenal Luis Aponte, etc.), las contrapuse a figuras de sustancia y decencia, a patriotas, como Juan Mari Bras y los 'nacionalistas' (albizuístas) liberados durante la Administración de Jimmy Carter en 1979. Esta última gente fue símbolo lumninoso en mi juventud y entonces.

Un episodio que marcó simbólicamente mi lenguaje y mi psiquis ocurrió en 1978, poco antes de la Matanza en el Cerro Maravilla. Fue el caso de la caída de Karl Wallenda. Se cayó desde una cuerda sobre la que se equilibraba con una vara en las manos. El viento lo tiró al vacío contra un espacio entre dos hoteles en San Juan, a la altura del décimo piso y se mató el pobre equilibrista de circo... yo comencé, a partir de ese día y por varios años a trabajar la novela, mi primera novela y en 1980, la terminé. La muerte de Luis Muñoz Marín, padre del Estado Libre Asociado, la Constitución colonial que rige la Isla, dio su título «La Caída» y un significado para él. Se cayó una máscara, una Estatua de Nabucodonorsor con pies de barro, una venda de mis ojos.

Quizás eso contesta la segunda parte de tu pregunta: ¿Cómo escribiste tus primeros textos? Además, mis primeros textos se motivan por una inquietud que me tentaría por la antropología. Descubrir a la isla históricamente, desde el Mem / la Fuente / y lo que bulle como un Coaj / potencial / en su pasado. Así veo el trabajo antropológico, buscar oro en cuevas y en charcas profundas, el oro de los histórico y raigal. En 1975, en el Norte de Ponce, se descubrieron las ruinas de unos asentamientos de la cultura Igneri y pre-taína. Me debatí entre qué gustos, antropología, filosofía o historia, y en que área sería apropiado que comenzara mi posgrado... En resumen, desde 1975, con mi interés por lo taíno, con mis trabajos de historia Oral y documental sobre el 1898 y los ciudadanos pintorescos del pueblo de San Sebastián del Pepino, supe que mi camino es la narrativa, la poesía y la enseñanza...



—Cuando propuse el cuestionario de Cohen, sólo había leído un ensayo tuyo, «La dimensión ética de Sequoyah que publicaste en tal revista, en el Número 1 de la edición digital. Ahora comprendo que tu interés por las etnias, lo antropológico, es mucho más vieja y no es por la gente nativoamericana... tu fascinación original no fue por los cherokees...

—¡No! Mi interés abarca por todas las gentes y etnias. Vaya, esta una de las cosas bonitas del oficio. El mundo de los escritores y poetas se plantea multiplicidad de intereses. El asombro y el afán explorador de un escritor entra en todo, manosea a gusto... Tengo interés por los indígenas mexicanos. Está presente en la primera novela que publiqué en papel, Simposio de Tlacuilos y por los aruacos, caraibas y tupíes, reflejado en mi libro Lope de Aguirre y los paraísos soñados. ¿No es paradójico que de mi autoría puedas leer textos relacionados a otredad que no me define: épocas remotas, guerras, masacres, holocaustos de todo el mundo, y también textos de amor, teoría sustentable, ternura por niños y ancianos, mística? en fin, que voy de lo más macabro a lo más tierno...



[Publicada por Ediciones Nuevo Espacio (Agosto 2000), 232 pages],

—Cuando estás en el proceso de escribir, ¿te retroalimenta la lectura de otros autores?

—Un escritor, si no es un fraude, o puro ego, es como toda persona de pensamiento sólido y coherente, teórica y prLcticamente, la suma de sus lecturas, profundos deseos y vivencias. La lecturas cuentan. Hay libros de los que hay que retroalimentarse, no para repetir o reiterar lo que ya se dijo en ellos, sino para mostrar lo nuevo, aquilatar lo que escapó a lecturas y críticas previas, o simplemente para diferir de plano, a partir de ellos. Reexaminar al contradecir y extrapolar... Hay libros cuya importancia es que son exponentes históricos de una equivocación que se perdura. Dogmas milenariamente manoseados. Son como 'aguas malvadas' de sumidero. Muchas veces el Establecimiento Académico enaltece esos sumideros de aguas estancadas y nauseabundas.

—¿Crees en la inspiración? ¿Tienes algún método para escribir?

—La voluntad de crear se nutre de una formación previa, el aprendizaje. ¿Qué alcance o mérito tiene aquel que es un torrente de cosas ya dichas y las designa su inspiración, o chorrote de conocimiento supuestamente nuevo? si no investigó antes lo previo, ¿de qué jactarse?... No, así no me gusta producir mi trabajo; por el contrario, me conformaría con conocer bien unas tradiciones literarias, y si pudiera innovarlas porque las conozco, lo disfrutaría. El lenguaje abre acceso... No hay inspiración, propiamente dicha... si... tal vez uno experimenta un 'fluir' enriquecedor de lo ya estudiado, giros impredecibles, momentos emocionales de exaltación durante la escritura que permiten que uno se aparte de texto conocidos o de lo que organizamos ciertas expectativas... Escribir no tiene por qué parecerse a la esquizofrenia, o a recibir dictado desde lo numinoso. Un texto puede cambiarse hasta que sea lo que queremos, una y otra vez; pero uno tiene que estudiar y explorar en esos campos 'numinosos'. Creo en arquetipos y misterios vivibles que nos rompe los esquemas de la Física Clásica por los que nos guiamos como siervos de la logicidad. Hay que aprender con inteligencia, o cautela y paciencia, para que nos pasen gatos por liebres. O para que nosotrois mismos no lo hagamos.

¿Método para escribir? ¿Qué significas con eso, muchacho? ¿Si lo hago a mano, o grabo, o tecleo? ¿O si lo hago al fumanr, o bebiéndome el vino, o bajo drogas? ¿Con música de fondo o tras una buena jornada de yoga gimnástico o meditativo... Te diré: yo, a la página en blanco, voy saturado de datos, frases, bullentes historias qy me gusta meditar por largo rato antes de escribir, meditar y tomar nota de mis ocurrencias. En este proceso, se trazan o asoman quintaesencia de algún contenido que nos entusiasma. Obsesiones, vagos recuerdos de lectura, lo que haya quedado como residuo de largas etapas de estudio, se transforman en poemas y en las notas que adquieren y con las que fluyes y, bien, se vale utilizar esa reminiscencia sobrante... yo trabajo con notas, a manuscrito y, si hay inspiración, es el momento de teclear, tras una maduración largamente pensada y haber escrito a mano.

—Una vez que tu texto está terminado, ¿lo revisas?

— Claro. Especialmente, en aras de corregir malos teclazos y lo gramatical. Además, soy recegato. Obviamente, necesitaré editores si se me ofrecieran publicaciones de libros que no sean autopublicarme como bloguero, que es lo que soy.

— ¿Se lo das a leer a otros?

— Sí. Lo comparto. O lo leo por teléfono y pido una reacción inmediata cuando si mi interés es la interpretación ajena. Tengo mucha gente que me comenta en privado, no son escritores profesionales, o colegas.

— ¿Me hablarías sucintamente de tus temas y cómo reflejan tu persona?

— En cada libro, al paso de los años, hay muchísimos temas, orientaciones y evoluciones de estilo, rostros míos, que sólo yo conozco y que se hacen obvias, en la medida que se me conoce; hay una etapa boricua y otra de 30 o más años en EE.UU., hay el influjo de cuando tuve estadías en Israel e India. Pero, en los EE.UU., donde estoy más involucrado en el estudio filosófico, sin que mi obra haya dejado de ser política y denunciadora, describe más lo que la naturaleza humana tiene dentro de sí. En fin de cuentas, escribo más sobre la tosquedad de su corazón, que acerca lo que se tiene fuera.

Mucha de las cosas que yo escribí sobre Puerto Rico o América Latina, escritas en mi isla, sin la experiencia de viajar, resultaron descripciones externas, ambientales, eventos observados, el habla de los ojos, ingenuidad del mero percibir... por ejemplo, ah, no había profundidad en lo que dije sobre la Marina yankee cuando se apoderó de casi toda la islita de Culebra, en 1971 o más o menos tal fecha, ah, ni en la descripción de la Plaza de Lares, cuando estuvo repleta y el pueblo acudió a ver a Lolita Lebrón, Andrés Figueroa, Rafael Cancel Miranda, Irving Flores, a sus héroes... Hoy yo leo aquellas cosas y me pregunto, ¿dónde está el vuelo, la pasión? si yo sentía todo aquello; pero, ¿qué me dice a m literariamente? ¡Pude dar más! sé que apenas me expresé como quien quiero. HIce un informe periodístico, no literatura con alma...

Mi estilo ha cambiado. Los ojos que observan ahora no son las pupilas; ahora veo con lo que llamaría, metafóricamente, el Alma... Utilizando imágenes hebraicas, kabalísticas, visualizo desde el Corazón Ascendente, que mira la humanidad de su isla, o la humanidad de cualquier sociedad, como una Vasija o Keli que hay que llenar con aguas limpias del Manantial Subterráneo, útero del alma. Ahora hablo como quise hablar entonces al describir los arribo cinco nacionalista y mi impresión al dialogar con Lolita Lebrón, aunque sea por cinco minutos, no tuve el discermimiento. Bueno, los escritores con la edad maduran.

Hay cambios progresivos en mi lenguaje poético y en mi prosa en la medida en que me he sentido bendecido y signado por la responsabilidad... Te diría que la nueva percepción, óptica y temática de mis libros, es más espiritual y no ha perdido su capacidad para acusar el flujo de 'aguas perversas', condenar conspiraciones del estercolero político, gente con manos sucias, cuya mezquindad humana simbolizo con las Aguas de Mara, que amargan y envenenan... Ese tipo de voz y denuncia, que limpia y deslinda, desde la literatura, no cambiará en ningún país en que yo esté.

Mi labor es, pues, separar las Aguas de Mara, que son las pasiones viles, de las aguas limpias, así como reprobar las manos-sucias, ensangrentadas y culpables, como las de ladrones, esbirros represores y militares... Bien, el poeta en cualquier nación, debe ser el portavoz de los tzadikim, obreros fieles en su tierra, y como tal su consolador, a la postre, el endulzador, pero sobre el poeta / el intelectual de corazón y limpias palmas, caerá el Establecimiento acusador, burlones que lo escarnecen y proponen su agenda perversa:

Confesaron su odio por los bosques
del léxico y quemaron los versos
escritos en rollos de vitela
y maldijeron al vitoco
(Consolador, hijo de Consoladores)
y la promesa informada por él...

***

Y llamaron al poeta mentiroso,
payaso, anti-héroe, vitoco
y pachotero, camino al tercer día.

Y el poeta persistió en la siembra
de su asombro, con savia fluyente
y con saliva de sus ríos profundos
entre cicatrices de los sequedales.

[Mb>Romance de Mara
de Carlos López Dzur]
— Bien que recuerdo ese texto, el tono de salmo de Romance de Mara, poema sobre los que no saben cosechar del árbol del poema. Y lo tenías en Tantralia... ¿Por qué lo cambias de lugar, de libro en libro?

— La raíz de ese árbol / el árbol del poema / me sirvió para escribir Teth mi serpiente, Tikkum o Tzadik y otros como El libro de la amistad y el amor... Lo cambio de lugar, o de índices, porque son va con la continuidad esencial de otros libros y como mis libros son virtuales, hoy lo saco lo saco de aquí y lo meto allá. Es parte de mis privilegios como editor y autor mientras el libro esté en mi dominio y lo pueda modificar. ¡Quien sabe si un día, llega un editor interesado, me publica ese libro y me advierte: deja el texto ahí y no jodas tanto!

En libro como Teth, mi serpiente, Puerto Rico, Betances, Albizu Campos y la necesidad de superar el colonialismo político, la dependencia subsidiada y administrada por los políticos coloniales están presentes y, te digo, mucho del contenido lo escribí en India durante 3 años y había estudiado el estudio del hebreo, la Kabbalah y la mística en general, para irme a Jerusalén... bien, me he permitido ampliar mi sentido de habitar, mi oferta de soluciones, mi caudal personal de luz y de entendimiento. Mudarte, viajar hasta las ventas de otros infiernos, irte al Desierto y subir al Sinaí, también ayuda mucho a formar un escritor, enriquece tu trincheras de lucha o denuncia.

—Díme otra cualidad general que puede caracterizar un libro tuyo; además de que hay poemas que brincan de un website o libro virtual a otro y son como tus marcas. Algo además de que te obsesiona la denuncia política.

—Obsesionarse por justicia no es frívolo. Permite que lo diga de otro modo. Mi obra literaria comenzó con la Caf y la Nube sobre mi pueblo natal, el Pepino. Es un comienzo puertorriqueño. Identifiqué sobre que palma pongo la otra. Las palmas de las manos son un bello símbolo de bendición para mí que soy un cabalista luriano. Quien bendice es endulzador en la sociedad acosada por resentimiento. No es una terca batalla política; mi batalla es por sembrar en otros confianza en el potencial de bondad, de cambio, de rectificación que nos compete como seres humanos... Para un politicista, aunque coincidamos en ideas, es obvio que soy un anarquista y mientras menos política y gobierno, mejor...

—¿Qué es Caf?

—La letra Caf del alfabeto hebreo / símbolo de la Palma de la Mano / se relaciona a la tierra en que regiré, al trabajo a realizar y por quien lo hago u haré. Trata sobre el por quien y ante quien me doblego y a quien tendré que suprimir... «Caf» es el verbo hebreo subyugar... Considera pues lo que puede decirse metafóricamente sobre Caf / la palma, o par de ellas cuando las juntas como oración, o en gesto humilde de plegaria... considera, si, que la palma indica que en Puerto Rico se me dio la identidad, allí ví la Nube que, humildemente, acepto y que ésta es la tierra de mi Deseo, la patria, y que el potencial de mi Hacer se manifestará en mis Palmas. Mis manos aluden el Trabajo. Esto que hago y haré literariamente tiene su impronta.

—¿Qué?

—Puerto Rico es el lugar donde he sido esculpido, por condiciones y agentes mayores a mí, para realizar una obra, dar mis propias Palmas Limpias y regir moralmente como Tzadik... ah, donde tzadik es sólo el obrero bueno, el hombre sin manos sucias, quien hablará con bondad y tendrá un mensaje decente que dar. Tzadik es todo el mundo: el médico y abogado honrado, el estudiante que aprovecha el tiempo... Considera ahora lo que te digo: Tengo tan alta estima del quehacer de los poetas / poetas-filósofos, poeta-ideolólogos / humanistas / de naciones y procedencias diversas y tanto que que les visualizo perpetuamente en su propia mitología sagrada... claro está, cuando digo mitología no digo leyendas mentirosas. O teología. Me refiero a metáforas en torno a Fuentes de Sabiduría que se ubican en la Corona de sus pueblos, lo moral de su altura y potencial de Deseo. Este darles un 'lugar' de dignidad al poeta / al artista en general / es también como darlo al maestro, al tzadik, al ciudadano bueno, al hombre justo, así en sentido hostosiano de moral social; cuando hoy se les refiere con cinismo, como si fuesen unas pilas de mierda o anacrónicos utopistas e inútiles, yo santifico a estos seres. Otros son quienes los cagan y denigran desde sus bocas amargas.

—Si estuvieras en una isla desierta, seguro que te llevaría la Torá o, ¿qué libro te gustaría que te acompañara? ¿Qué libros escritos por ti son tus favoritos y por qué? Seguro que tu Berkeley y yo no estaría entre ellos...

— Ciertamente, la alusión a la Corona mienta a Kéter, la altura del pensamiento como Sabiduría. Y Mem es la Fuente de la Sabiduría y la Torá es un gran libro de Sabiduría, ante ojos puros que sepan «leer» desde el Alma de sus pueblos, desde el potencial del corazón para el bien, así es el lector y poeta que lee / cosecha / del Arbol del Poema del que hablo en mi texto El Romance de Mara.

Un buen libro, un buen poema escrito, es uno del que se «beberán» esencias como de letras trascendentes, beber secretos, principios de exégesis, sabores primordiales... y hay ojos, manos y bocas de servicio para comunicar la palabra poética que tiene unidad y amor... Te describí lo que sucede cuando un autor se interesa en conocer dos cosas: una vocación sosegada por lo individual de sí mismo y una conciencia creciente del entorno que nos enfrenta al ambiente, a lo social. Ese estanque de aguas amargas que se describe en Romance de Mara, y en cierto modo, en el capítulo 15 de Exodo, es una parábola personal sobre la literatura.

Hay gente que sale al campo, o al paraje más hermoso de una campiña y lleva su actitud de amargura y de maldición. Unos hay que «confesaron su odio por los bosques» y ese léxico del bosque puede ser el pensamiento ecológico; puede que sea el defensor del agua potable para todos, quien defiende lo agrario, a la fruta jugosa y asequible, sin transgénicos, van todos los que preguntan: «—¿Qué nos endulzará la boca?— ¿Qué beberemos?» Mas, si el poeta, con corazón ascendente, es uno de los descritos cuando se emprende el mismo viaje...

... y salieron al desierto de Shur y anduvieron
tres días por el desierto sin hallar agua y llegaron
a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara,
porque eran amargas...:
Exodo 15:22-23.

los resultados son distintos. Hay represores, «hijos de Mara, incrédulos del árbol que endulza las aguas»; estos pueden ser funcionarios, corporaciones de contaminadores. Gente que daña el ecosistema, mar, tierra y aire.

El verdadero poeta endulza las aguas, no las amarga, las limpia y proteje. A principio del año 1990, yo sabía que tendría que escribir mi Teoría de la sustentabilidad. A mí, personalmente, me encanta este texto. Junto a maldecidores y amargados, a gente que, por pánico ante la escasez o las crisis de agua, estarán un día dispuesta a comerse sus excrementos, contrapongo a un poeta, o sea, el ciudadano previsor, creyente en una economía sustentable, en la vuelta al agro (como a quienes hoy toman por locos o vitocos); y comparo: a «aquel, el vitoco, / llamado poeta de los árboles» y entonces ante los desesperanzados por la condición de las aguas amargas...

... este sátiro poeta
sacó voz del ronco viento y semillas
de algún artificio del trigo
y flores de alguna espiga
de la maravilla...
y diría:
—¡Puebla sobre el poema
de las aguas dulces tu sustancia rojiza!
Combate a las crueles anemias del alma.
y el resultado será bendición... César Vallejo, Pablo Neruda, Mario Benedetti, Matos Paoli, Corretjer, Julia de Burgos, bueno casi todos los poetas, en cualquier geografía, tienen el don de tal magia, esto es, cambiar el sabor de las aguas, o limpiar los estanques, brotar y rebrotar de lo profundo, con fuerza de chorro propulsado. Si entendemos que toda la belleza y pureza de la poesía, del necesario mensaje, nace de un Manantial Subterráneo en esas condiciones, tenemos camino andado. Y nuestro estanque es el corazón que nos conecta al alma.

El rabino Akiva decía que esa fuente que viene del alma, «corriente que fluye, la fuente de Jojmá» (la Sabiduría) contiene el secreto de la letra Mem, o de Maim / el Agua y de la letra Lamed. Esta última es el símbolo del Corazón Ascendente... ¿Sabes que es un corazón ascendente? ¿Inventarías una especulación o metáforas, tú que te las das de preguntón y estudiante talentoso de Comunicaciones?

—No. Dígalo usted...

—El corazón ascendente en la Kabbalah es representado por una Torre Voladora. La letra Lamed. El corazón que vuela es como el torrente que brota, con propulsión del acuífero subterráneo. Es alma fluyendo. El corazón que no fluye, que no manifiesta pasiones, que no tiene esperanzas ni proyectos, es comparable a los hijos de Mara, en su camino hacia Shur, que no bendicen ni exhiben creatividad.

Un poeta es un corazón ascendente; uno que del subterráneo origen, de su pozo de agua, manifiesta su amor y deseo de servicio. El hombre creador es como el poeta que, en ese viaje al Desierto, clama:

—Sácialos de carotina,
Endulzador de las Alquimias,
para que vean más allá
de sus raseros xenoftálmicos
al bacalao pudrido de sus bocas,
su livor suplantador, dentro del alma,
sus fingimientos cárdenos.

Flúyelos sobre las aguas endulzadas
para que conozcan las ovas de la miel
y la leche verdadera...
y sigue ese creador / poeta / artistas / científico / obrero del trabajo / bendiciendo:

Bendito fue el durazno y el ciruelo,
el cerezo y el higo, vitaminadas
fueron, por causa de beber,
del agua dulce de algún texto,
las naciones y el que les dió ordenanza
y probó con agua amarga
y la Venus del espejo
y la Venus del pomo
y el odioso livor que incensó
a las hijas de Eurinoma
y las enterró vivas
por amar a los poetas
de Apolos...

[Romance de Mara / 9-7-90]
Un poeta debe enseñar a mirar más allá de las narices. Esa es la virtud de un lenguaje intensificado. Eso es vuelo, hacer volar la torre y enseñar a ver más allá de las narices, más allá de los raseros xenoftálmicos y la peste... El hecho es que para que el agua no se amargue, o se empoce o escasée, se va al escondite subterráneo del agua, al pozo que se implicita en el Utero, como el lugar más limpio, y ese es el lugar desde el que se nos bendice, y debemos trabajar contra las 'aguas malvadas', hedientes, de los raseros... El agua puede teñirse de mal, tóxico de vanidades y pasiones falsas; pero también tratarse creativamente. Y te dije: Lamed es la letra del Corazón Ascendente. Letra con que los poetas separan el agua sucia y la que beberán. Claro está, primero aprenden su Caf y su Mem, ahí les comienza el alfabeto.

El sabio Baal Shem Tov decía algo más sobre las letras que relacionan la Mem de la Fuente y la Lamed, que se relaciona a los verbos aprender, o enseñar. «Lo que haya que aprender apréndase por el corazón», secreto del Dar y el Recibir, de ahavá, amor y unidad, complementarse en la Mem, en el abrirse de las Fuentes, aprender a entrar al Utero divino y abrir, sus secretos, secretos de Eva / Havaiá / Conocimientos de la Serpiente... En un poema de Teth, mi serpiente sobre ese mundo de miserias, aguas perversas y putrefactas que vivimos y que nos produce amargura, escribo:

De la miseria de hoy no quiero más porción
que la que toma sabiamente el prudente;
que sea alegría tu irrupción, Serpiente
de mis bendiciones, Teth.

[El supremo dolor / Ver]

—Por lo que más dicho, por ese cambio de un ver a otro, debido a tu sensibilidad judía o por tal ideología y lo que ella supone en términos de sionismo, tienes una misión?

—No tengo más misión que la que tiene todo el mundo, tratar de vivir una vida honrada y decente. Ser poeta o escritor, judío o cristiano, no te hace mejor que ningún otro, no eleva tus deberes básicos con la sociedad. Como escritor o maestro, uno sí contrae roles y tareas, más o menos públicas y, bueno, son las mismas que tiene cualquiera que se educa. Uno debe honrar esa responsabilidad en la medida de sus talentos.

—¿Y cómo valoras tus talentos, te atreverías a asumir unos roles de liderazgo como judío, como anticolonialista, como militante de algo?

—Compartiría contigo, con más tiempo, lo que significa tal liderazgo, lo que es kabbalística y hermenéuticamente tal misión del alma, que es más compleja que la de aprender y enseñar. Concierne al Mashiaj, al que rige, porque es el Tzadik que se levanta, se forma y educa para ello... Hay un liderazgo de comunicación que está representado por Pei, le letra de la Boca. Una letra que significa el poder de hablar, oralidad, el aquí, el ser-ahí heideggeriano, el presente en cuanto es aquí y ahora...

Lo que me preguntas sobre roles y misiones adicionales a mi nivel escritural, a la modestia de la obra escrita, es tarea en la que aún no estoy ni formado ni interesado. En parte, porque soy anarquista, recelo demasiado los poderes públicos, las 'manos sucias', la boca malvada, la chacota de gente infame que suelen ser políticos. Detesto, además, la condición de los Estanques de Mara en el mundo... yo me conformo con poner la palma de mi mano, mi mano franca y amistosa, sobre el corazón de quienes se educan y comparten conmigo horas de amistad o trabajo.

Para explicar el poder latente del animar, comunicar calidez y confianza en otros, en un niño, en un alumno, el rabí Baal Shem Tov les palmeaba en el corazón, además que signuifica 'bendito seas'. Entre los católicos y evangélicos es frecuente que se imponga la palma de la mano sobre la cabeza de; creyente, gestos pietistas acompañado de histeria y griterío, o desmayos fingidos... No creo en nada de eso... Por otra parte, quiero que tenga ésto muy en claro: un judío no es más espiritual que cualquier otro mortal; sólo porque se ponga una kipá en la cabeza, o en su tradición nacional e histórica, se fundara una teocracia, después de experiencias de holocaustos, esclavitudes y guerras y ahora el sionismo de moda que masacra palestinos... Esto es mucha mara / amargura / inmadurez política...

... yo no usó kipá, pero toda mi obra literaria está bajo la Caf, la Palma de la Mano del Santo, el Separador y Bendecidor Cósmico y mi vida admite «el yugo de los cielos», o su Eterno Potencial... es muy poético mi experiencia y de gran responsabilidad espiritual, intuirlo, gozar del Kipá Cósmico. Esta Mano de Dios sobre la cabeza a veces golpea. Nos reorienta, otras nos bendice dulcemente. Vallejo, el poeta peruano, sabía sobre los golpes duros que da Dios cuando trata de poner su Kipá / su Palma / sobre nuestra dura cerviz...

—Imagino que no hay muchos judíos en Puerto Rico, o los que hay se fueron del país. Tienes en la red una novela sobre en el Caribe, en Cuba y Puerto Rico...

—Sí. Esa novela si la publicaría en papel...

—¿Y por qué no... sucede?

—Será un golpe de Dios... En cuanto a lo primero: para mí, todos los boricuas son judíos espirituales. Son como peces y nadan en sus estanques, muchos mueren asfixiados fuera del agua, en tierra seca. La cuestión puramente étnica-racialista no me interesa. Lo que me interesa es si entienden el arquetipo, el espíritu de lo que te digo. El Rabí Akiva enseñaba que un judío es una persona cuya alma es un ojo interior, un corazón que testifica la unidad esencial de Dios. Esa persona puede hallarse en cualquier lugar del planeta, no sólo en Medio Oriente y en la aclamada Tierra Santa y siempre ha de ser juzagada por lo mismo: ¿Con que ojo o qué corazón miras al mundo, ves la unidad y la justicia? ¿Con un ojo bizco, con dos varas, con una boca amarga, con manos sucias y perversas?

Es decir, si ha nacido en Israel, semita al 100%, judío de sangre y señal, y ante el Muro de Jerusalén, no siente que Dios es el mismo en todo el Universo, que su esencia impregna todo lo orgánico e inorgánico, que la justicia no requiere dos varas e hipócritas estándares, usted es sólo un racista que clama privilegios, se mete su Dios en la boca, pero no el corazón. Lo muerde y lo llena de babas.

—Eres un látigo de los sionistas. En las clases, se decía que usted es ateo y que oir eso lo van a echar... y que Heidegger y Camus son humanistas ateos, usted el compinche de ellos dos.

—Fíjate cuán poderoso ha sido el cambio en mí. La tolerancia / sumada a la autoridad interior / que me inspira mi formación kabbalística, aunque otros me quieran aplastar con el pie... No tiene una mínima importancia si soy ateo o no. O cómo otro se explique o represente lo que sea mi persona ante la divinidad. Esa es una experiencia individual en cada persona. En última instancia, uno puede ser devoto de quien se le pegue la gana, hasta de una ficción. Para mí, lo que hace una diferencia, lo que importa es si usted ama con convicción y ese amor suyo lo capacitó para la convivencia, para hacer justicia a la comunidad y protejer su hábitat...

El más anti-judío de los judíos y ante el mundo entero puede ser uno de ellos. Quien entiende los significados y belleza de la Torá puede entender a los Sagrados Libros Védicos, El Corán, todas las mitologías, el por qué de los Arquetipos y de muchas costumbres... ¿Para qué es la creación literaria, su nivel poético, los estudios multiculturales, el quehacer del escritor, sino para aprender para enseñar y comprender para al final codirigir, o dialogar multiculturalmente. El convivir es amor, agua pura y es ya luz de Dios...

—En estos tiempos, el sentimiento anti-semita aún prevalece. Odios y discrimen por razones de religión, ¿no le preocupa? ¿asociarse a ese judaísmo>

—Sí, me preocupa que haya quien no entiende que judaísmo y sionismo no son la misma cosa. Ni la nueva Derecha Cristiana lo mismo que la iglesia cristiiana primitiva a la que debemos muchos de nuestros valores occidentales, así como al judío sefardita mucho de nuestro sustrato interno, aún los boricuas... Eso es parte del aroma y sabor de agua amarga que nos toca rectificar y recobrar. Lo importante es sacar provecho de la parte creativa.

—Con respecto a tu lugar en Puerto Rico, seguro que eres el único que escribe así, con esas mezclas de imágenes y términos hebreos. No eres solemne, pero tampoco estás componiendo ragaettón.

—Si es así, mi estilo nuevo, es un aporte a la literatura de mi país, ¿no crees?

—¿Te aisla, va en tu contra que escribas mística, ese tipo de libros tan minoritario, o tan único, por lo nuevo de temas o lo exótico de su verbalidad?

— La literatura latinoamericana y puertorriqueña es capaz de entender mi obra, disfrutar su originalidad y mucho más. Agradecerá este enriquecimiento y yo estoy feliz en dar tal aporte, aunque parezca exótico, ¿exótico dijíste? De hecho, más exótico es mi Tantralia y se ha llevado mediantes ponencias a Congresos de Hispanistas en Nueva Delhi (India) y por los brasileños... Ni de mi pueblo ni del mundo, es decir, de la gente pensante y sensible que es quien lee otra cosa que no es basura, creo que esté muy lejana y opuesta a mí. Vamos en líneas paralelas, aunque no se toquen, hacia una misma dirección y no es la mierda o la tosquedad del nihilismo o la animalidad...

—Una pregunta al estilo de Cohen, ya que el tiempos nos apremia. ¿Te gustaría agregar algo más?

—Sí. Primero que yo no cambio por un gorro, o una kipá de tela este gozo mío, que es auténtica gracia, Bendición Divina. Y no acepto una Boca / una fatua boca de Pei / de retórico / predicador de esquina / o de kiosko / a cambio de mi modesto lugar de poeta. Soy un pez de fuego en esas aguas del mundo / no me meto en Estanques de Mara si no para ir a limpiarlos con el Arbol del Poema, mi vara... y yo he sembrado algunos árboles muy hermosos: Tantralia es flor de gozo de mis árboles, la Teoría de la sustentabilidad es como exhorto, o convocatoria sobre lo que tenemos que hacer empíricamente cuando el mundo está en crisis, o necesitamos refugio, ya que política y económicamente asoma la bancarrota. Digo que no somos los del 1% y sí del 99%, suficientes como para no dejar que nos desmantelen la divinidad interior, deforesten nuestra esperanza y la justicia que socialmente urgimos.

Yo educo para el Tikkun Olam, la rectificación, la esperanza y la resistencia. Llevo mi corazón a la Fuente, con mi letra de Lamed vibrando en mi Psiquis, o rebrotando con propulsión a chorro de lo más subterráneo de mi conciencia, mi pozo espiritual y poético, aguas de Mem...

Mira, en segundo lugar, gracias, por este diálogo. El ejercicio, con el guión de Cohen. Me díste ocasión para fluir desde un par de letras.desde mi pozo. El alfabeto de mi propio guión es sagrado. Hay que hablar sobre todas las letras un día que tengamos tiempo y glosemos juntos mi texto A Crátilo y sus amigos tartamudos ya que sobre Lamed no dije todo hoy y la poesía cura. Tenemos que lamer del abecedario otra vez:

«... vamos lamiendo el Ser del Corazón,
aprendiendo apenas a decirlo,
a sacarlo como aliento,
emanarlo en ascenso
como en torre de incienso
o pilares en humo,
somos una keli / vasija / con asas rotas,
ave-chuchos que ni sube con alas
ni se desprende del peso que lo ata
y vuela con el Vuelo prometido del Poema
y la Enseñanza posible
en el Hacer de Lamed»...

[José Luis Chavarri, estudiante de Maestría en Ciencias Sociales de la Universidad Chapman, Orange, California]

Noviembre 2004.

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